En el corazón de Valle de Bravo, esta vivienda se proyecta en sección dada la topografía accidentada, con el objetivo de respetar la vegetación existente y minimizar su huella evitando la excavación y la nivelación en el terreno. Con una estructura de madera de pino, la construcción combina acero y piedra local. Las estancias buscan la constante conexión con el bosque, excepto la fachada principal orientada al norte que se cierra a la calle. Por el contrario, la fachada sur se abre con ventanales de suelo a techo que permiten el acceso de luz natural. Una escalera exterior conduce desde el sótano a la puerta de acceso.