Centro de Congresos de Córdoba
Rafael Moneo 

Centro de Congresos de Córdoba

Rafael Moneo 


Pocas ciudades españolas se identifican tanto con un solo monumento como Córdoba. Por eso, el atractivo de este proyecto debe tanto a su proximidad a la Mezquita, y el acierto en la elección del solar radica en que, teniendo como forzoso punto de partida la referencia a dicha Mezquita, la nueva construcción no se enfrenta directamente con ella, sino que aspira a un diálogo implícito con ella.

Y, sin embargo, el peso de la Mezquita gravita inevitablemente sobre el proyecto. La figura del solar, un rectángulo de 90 x 230 metros, se asemeja en sus proporciones y tamaño a los de la Mezquita, y tal coincidencia llevó a proponer una estrategia de ocupación del suelo no muy distinta. Como en la Mezquita, se respeta el perímetro: el perímetro define lo construido. Esta ocupación completa del suelo constituye acaso la mejor manera de presentarse en un entorno que no ofrece estímulos de especial interés al arquitecto.

Merced al planteamiento del proyecto, los tres elementos del programa, muy diversos entre sí —Centro de Congresos, Hotel y Centro de Visitantes— pasan a ser uno solo, al quedar incluidos en un recinto definido por un perímetro común. La ocupación intensa del suelo lleva a que se difuminen los límites, y la condición de recinto cerrado que la conservación del perímetro trae consigo hace que los tres edificios puedan entenderse como uno, lo cual no es óbice para que se mantenga la independencia en el uso de los mismos. Por otro lado, la entera ocupación del solar permite garantizar que los espacios residuales no existan y que, por tanto, el Centro de Congresos de Córdoba pueda ser dueño y señor de su suelo sin avasallar a sus modestos vecinos.

Pero si la Mezquita ha estado presente en la elección del modo en el que se utiliza el solar en el proyecto, forzoso es reconocer que el perfil de sus cubiertas y de su torre ha sido también determinante a la hora de definir el rostro del nuevo edificio. Este se ha proyectado como una continuación de cúpulas segmentadas que son capaces de dibujar una cuasifortuita silueta con la misma aleatoriedad con que lo hacen los tejados cordobeses. A la constelación de cúpulas segmentadas se encomienda la imagen del Centro de Congresos de Córdoba, imagen firme y clara pero no imperiosa. El acabado de las cúpulas sería en azulejo vidriado y su brillo contribuiría a reforzar la corporeidad de las esferas. Además, la doble cubierta ayudaría a establecer un sistema de aislamiento más eficaz, exigencia más que necesaria dadas las extremas características climáticas de Córdoba...[+][+]


Cliente Client
Ayuntamiento de Córdoba

Arquitecto Architect
Rafael Moneo

Fotos Photos
Estudio Rafael Moneo