Plaza y tanatorio municipal, León
Jordi Badia  Josep Val 

Plaza y tanatorio municipal, León

Jordi Badia  Josep Val 


Situado junto a un barrio residencial formado por bloques abiertos de reciente construcción, el solar elegido para levantar el tanatorio municipal de León no parecía en principio el más apropiado para albergar tales usos. Por tanto, crear un entorno propio, digno de la función albergada, y desdibujar la presencia de este edificio funerario desde las viviendas vecinas se convirtió en el principal objetivo del proyecto, cuya configuración prolonga el parque lineal que acompaña el cauce del río Bernesga por toda la ciudad.

Ante la proximidad de unos bloques residenciales, el tanatorio desdibuja su presencia en el parque junto al río Bernesga enterrándose parcialmente, y transformando su cubierta en una lámina de agua.

Inspirado en la Fosse Ardeantine del cementerio de Roma, el edificio se concibe como una «tumba de tumbas», un vacío excavado en el terreno sobre el que parece flotar una gruesa losa. En ese vacío comprimido entre la masa del terreno y el peso de la losa, una rampa desciende hasta el acceso, que se propone como una secuencia de inmersión progresiva en otro mundo. Los asistentes tienen así la oportunidad de olvidar el bullicio de la ciudad y pueden entregarse con sosiego a la ceremonia del duelo. 

Cinco lucernarios y siete patios interrumpen el plano de agua para iluminar las estancias.

Sobre este ámbito prácticamente carente de alzados convencionales, la cubierta se convierte en la verdadera fachada del tanatorio: un plano para sustestar la lámina de agua propuesta como espejo del cielo que integra la edificación en el parque, deshaciendo en reflejos el volumen construido. Como los dedos de una mano, cinco lucernarios oblicuos emergen del estanque superior para iluminar el oratorio de la capilla que está situada junto a la entrada. En la zona central del edificio, siete patios perforan la construcción con pequeños estanques de agua para iluminar las salas de velatorios con una luz tamizada, preservando su interior de las miradas ajenas. Esta franja central separa el vestíbulo de la zona de administración y servicios, situada en la parte posterior y dotada de un acceso rodado propio; esta rampa desciende también hasta el sótano ubicado bajo el nivel principal del tanatorio.

En vez del granito gris empleado en el mausoleo romano que le sirvió de modelo, el proyecto estrecha sus vínculos con el lugar haciendo uso del hormigón teñido con el tono de la piedra del Boñar que forma parte de los edificios monumentales de León. Acentuando su carácter subterráneo, una hilera de gruesos pilares en V de este mismo material sustentan la losa superior. Un revestimiento de listones de madera cubre el suelo y los paramentos de los velatorios, para conferir calidez a unos ámbitos que en muchos otros ejemplos tienen un marcado carácter utilitario. El color negro mancha de forma sistemática el recinto como signo de luto y respeto.

Los lucernarios de cubierta también llevan luz hasta la capilla situada junto a la entrada; realizada en hormigón con árido de piedra del Boñar, está parcialmente revestida de madera.


Cliente Client

Servicios Funerarios de León 

Arquitectos Architects

Jordi Badía, Josep Val

Colaboradores Collaborators

M. Martínez; M. Fernández, J. M. Pérez 

Contratista Contractor

Begar; Intemper; Cosmobel

Fotos Photos

Eugeni Pons