Fundado por Carlos III en 1788, el Jardín de Aclimatación de La Orotava se construyó con la idea de reunir en la isla de Tenerife las plantas exóticas recolectadas en las colonias españolas de América y Asia. La reciente ampliación, de 35.000 metros cuadrados, tiene el objetivo de adaptar el recinto a los requerimientos de un jardín botánico contemporáneo, reforzando sus funciones expositivas, educativas y científicas.

El proyecto define un nuevo recorrido que utiliza el parque original como preámbulo y final de la visita. El acceso se produce a través de unos pequeños huecos practicados en el muro sur del antiguo cercado, potenciando el factor sorpresa y la sensación de apertura, y continúa por una sucesión de rampas tendidas que salvan el desnivel entre los dos jardines. El agua es la protagonista de la intervención paisajística, con una cascada de doce metros de altura como hito principal. Varios torrentes discurren por el bosque hacia un gran lago y, tras el salto, se bombean de nuevo hasta el inicio del recorrido. Con un caudal de 450 litros por segundo, el curso de agua amortiguará la contaminación acústica del tráfico cercano y ayudará a aumentar el nivel de humedad favoreciendo la creación de ambientes botánicos tropicales.

Las visitas turísticas son una actividad fundamental para el parque: con una afluencia de 400.000 personas al año, suponen un recurso de primer orden para la isla. Por ello, el centro de visitantes es uno de los elementos principales de la intervención y cuenta con sala de audiovisuales, espacios expositivos, biblioteca, tienda, cafetería y restaurante.

En consonancia con el paisaje volcánico tinerfeño, el pabellón se integra en el territorio como un accidente topográfico que se adapta orgánicamente al entorno a través de un conjunto de planos de hormigón de morfología abrupta. Una serie de rampas, que parten del exterior, recorren las diferentes estancias y, siguiendo un trazado en forma de espiral, alcanzan la terraza superior. Desde allí, se contemplan las vistas sobre la masa vegetal circundante, el macizo de Tigaiga y el pico del Teide. La cubierta del área expositiva se ondula y se rasga en lugares estratégicos para permitir la entrada de luz indirecta del Norte, y está formada por una losa de hormigón armado apoyada en una estructura de vigas de gran canto. Con acabado de hormigón visto, la superficie exterior se protege de la intemperie mediante una capa de veladura que a su vez contiene el colorante necesario para lograr un tono determinado en los volúmenes del cañón y el edificio.


Cliente Client

Instituto Canario de Investigaciones

Agrarias (I.C.I.A.)

Arquitectos Architects

Felipe Artengo, Fernando Martín Menis, 

José Mª Rodríguez Pastrana (proyecto project); AMP arquitectos (obra construction)

Colaboradores Collaborators

Rafael Hernández Hernández, Cota 4 (aparejadores quantity surveyors)

Consultores Consultants

CITE Ingenieros, Milian Asociados (instalaciones mechanical engineering); Arcal, Arquiestructuras (estructura structure)

Contratista Contractor

COMSA

Superficie construida Floor area

2.500 m² (pabellón de visitantes visitor’s center)

Presupuesto Budget

9.000.000 euros (1ª fase 1st phase);

4.000.000 euros (2ª fase 2nd phase)

Fotos Photos

David Frutos