Los tinerfeños Felipe Artengo, Fernando Menis y José María Pastrana han hecho del paisaje de su isla un argumento para sus proyectos. AMP van a su aire, despreocupados al parecer de un contexto dominado por la pasión fría de los suizos y el pragmatismo encendido de los holandeses. Volúmenes de filiación expresionista en lugar de cajas minimalistas, muros gruesos frente a pieles ligeras, y texturas naturales y rugosas en vez de superficies artificiales y lisas son la imagen de marca de un equipo cuya trayectoria les ha llevado desde una pequeña gasolinera para Texaco a la sede de la presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, una vigorosa fortaleza basáltica que dialoga con la geometría abrupta de la cordillera de Anaga.
En la entrega 46 de estas monografías de autor almerienses se muestra la producción del estudio durante los últimos años, a través de la cual vemos consolidarse esas constantes mencionadas en una gama de proyectos que van desde unas viviendas sociales en los bordes urbanos a un centro de convenciones en Costa Ajede, pasando por la emocionante propuesta para recuperar el paisaje de las Maretas en Lanzarote. AMP han alcanzado la madurez; o lo que es lo mismo, poseen un lenguaje propio.
